Poco a poco nos acercamos a la época en que los niños empiezan a ser protagonistas del primer gran evento de su vida consciente. Su primera comunión.
Para ellos es un gran día, sólo equiparable a lo que para los adultos supone el de su boda. Marcará el punto de inflexión de su infancia, a ser ya no tan niños. Como tal querrán participar activamente y tendrán sus propios deseos que no debemos ignorar, pues es su día, su gran fiesta, en la que proyectarán muchas ilusiones.