Una tarde de otoño hace algo más de un año ya, quedé en una cafetería con una pareja para conocer los detalles de su boda e intentar enamorarlos, con el fin de que confiasen ese día tan especial en nuestras manos. Lo que sucedió a continuación es que ellos me enamoraron a mi.
Sonia y David se describieron como un poco frikis, con una historia de casualidades y una gran lucha para estar juntos llena de idas y venidas, ternura y fortaleza y, finalmente, resultaron ser una pareja, no frikis (como me quisieron vender), sino románticos y detallistas. Tímidos, sobre todo Sonia, pero siempre sonriente, y David con un corazón de oro como pocas veces encuentras en las personas.
Con una boda íntima, que resultó más íntima por circunstancias de la vida, pero divertida como pocas, y con unos familiares respondiendo con todo su cariño a las muestras de ternura y amor que inculcaron en su boda, os presento la boda de David y Sonia en Aranjuez.

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